LA ASI LLAMADA "SEMANA SANTA"ES UN PERIODO EN EL QUE LA TRADICION CRISTIANA CONMEMORA LOS MOMENTOS MAS EL VALOR CULTURAL Y RELIGIOSO DE LA SEMANA SANTA
Por: Hamilton Eulises Torrez Vásquez
La así llamada “semana santa” es un período en el que la tradición cristiana conmemora los momentos más significativos de la Pasión de Jesús, según lo narran los evangelistas. En términos generales, la semana santa procura retratar lo vivido por Jesús de Nazareth en su última semana de vida terrenal. Curiosamente, las celebraciones litúrgicas y paralitúrgicas celebradas en este contexto gozan de mucha aprobación en cuanto a la afluencia de personas creyentes y no creyentes se refiere.
Según algunas fuentes bibliográficas, los registros más antiguos respecto a esta celebración datan del S. IV d.c. Obviamente después de que el cristianismo dejó de ser perseguido al ser declarado como “religión oficial” del imperio romano.
Previo a la celebración de los misterios de la fe cristiana de la semana santa, la Iglesia Católica vive un tiempo litúrgico llamado cuaresma que está diseñado en función de preparar espiritualmente a la comunidad cristiana devota para vivir dignamente la “semana mayor”. No obstante, es evidente que, entre el mismo séquito de bautizados diseminados por todo el orbe existen muchos que no se involucran a profundidad en esta mística y, por tanto, aprecian los actos religiosos desde las butacas de superficialidad mediática. Así, a pesar de que los actos litúrgicos y las procesiones reflejen afluencia de personas estas no contienen seguramente ni la cuarta parte de la totalidad de católicos bautizados.
Para los cristianos católicos comprometidos, la semana santa es inconmensurable en su valor pues recuerda el sublime amor que Dios tuvo para la humanidad en la oblación de Jesús. Muchos aprovechan para hacer propósitos de conversión cristiana, ayunos, oraciones y caridad de manera más intensa. Es frecuente observar penitentes ofreciendo sacrificios verdaderamente significativos como signo de gratitud a Dios por mucho de lo concedido. Es admirable el entusiasmo con el que cada sector de las parroquias prepara sus altares para el viacrucis o sus alfombras para el santo entierro.
En la Parroquia San José, Quezaltepeque, por ejemplo, desde inicios de la cuaresma, los diferentes sectores preparan con diligencia y amor espiritual cada uno de los viacrucis y convocan a la comunidad a participar de ello. Aunado a esto, se prepara jornadas de reflexión espiritual o retiros que buscan insertar a los demás creyentes en el espíritu de las celebraciones que se aproximan. Se crean jornadas de confesiones que buscan la reconciliación del pecador arrepentido de sus pecados con Dios. Las celebraciones eucarísticas se revisten de una liturgia de la palabra que mantiene la base de la línea de reflexión anteriormente mencionada. Llegada la semana santa, la liturgia de viste de esplendor en medio de un tiempo de aridez ornamental y se conmemoran momentos icónicos de la vida de Jesús comenzando por la celebración de la última cena en la que el maestro de Nazaret instituyó el sacramento de la eucaristía y del orden sacerdotal. Ese un día grande. Ese día por la noche, el jueves, tiene lugar la “procesión del silencio” que recuerda que Jesús fue apresado en la oscuridad y el silencio de una densa noche. El viernes por la mañana tiene lugar el viacrucis en los horarios símiles a los cuales tuvo lugar el camino de la cruz de Jesús hacia el monte Calvario. Por la tarde, a las 3: 00 p.m., tienen lugar los santos oficios en función de contemplar hipotéticamente a través de una imagen el descendimiento del cuerpo de Jesús. Allí tiene lugar la “adoración del misterio redentor de la cruz”, pues en ese signo de suplicio Jesús redimió a la humanidad entera. El sábado por la mañana se prepara la vigilia pascual y, en la noche tiene lugar esta magna celebración llamada “la madre de las vigilias” en virtud de que en ella se celebra la resurrección de nuestro señor Jesús.
por otra parte ,incluso para quienes no comulgan con la fe cristiana ,pero gozan de un pensamiento equilibrado libre de sesgos religiosos son valorados e incluso considerados patrimonio de los pueblos .De allí se rescata el valor cultural que esta semana santa antonomasia .De hecho ,se sabe que la religión crea cultura y las procesiones y alfombras todas las otras expresiones de religiosidad cristiana no son la excepción ellas dan identidad a nuestros pueblos En definitiva, las celebraciones de la semana santa gozan aun de mucha aceptación por que se sabe que tienen implícitas un gran valor religioso y cultural para nuestra sociedad.
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